Era el escudo que empleaban los hoplitas, siendo uno de los elementos imprescindibles de la falange. Fueron los dorios quienes extendieron el modelo de escudo redondo por toda Grecia, pero la forma de asirlo era diferente. El aspis hoplita estaba formado por un gran cuenco, casi plano, construido con láminas de madera curvas, extraídas del sauce o el chopo, y encoladas entre sí. Su parte externa se reforzaba habitualmente con una fina plancha de metal (hierro o bronce), mientras que la interior se hacía con una capa de cuero de lino. La parte externa del escudo solía decorarse con un motivo pintado; en época arcaica fueron muy abundantes las efigies de animales y de temas mitológicos y religiosos, como por ejemplo el de Atenea Parthenos, el de Medusa o el del toro alado llamado Gorgona, los cuales se pintaban como símbolos protectores o se heredaban de padres a hijos como símbolo distintivo. Fue muy conocida la imágen del toro que portaban los veteranos de la batalla de Maratón, como se refleja en diversas cerámicas. De todos modos, desde la guerra del Peloponeso, se fue extendiendo la costumbre de sustituir estos motivos por las iniciales del nombre de sus polis, caso de Esparta, que no permitía distinciones en sus hoplitas y todos portaban la inicial de Lacedemonia en sus escudos, la lambda griega (Λ). Era un símbolo patriótico, y a la vez un modo de identificación en un combate confuso entre hoplitas (como ocurría con los caballeros medievales).
El aspis tenía un diámetro de 90-110 cm, y pesaba entre 6 y 8 kg, de modo que los hoplitas lo descansaban en el hombro durante las pausas del combate y, en las marchas, lo colgaban a la espalda con una correa llamada talamón (telamoon). Su modo de agarre era característico y único, lo que permitía el sistema de formación hoplítica en falange. Este agarre, consistía en una pieza metálica central en la parte interior del escudo (porpax), por donde se pasaba el antebrazo izquierdo, y más cerca del borde, había un asa de cuero (antilabè) que se agarraba con la mano. De éste modo, el escudo quedaba pegado al brazo, y permitía una mayor movilidad de esa extremidad. Era un sistema que proporcionaba más comodidad y resistencia, aunque también cierta rigidez debido al peso del escudo. Posteriormente comenzó a llamársele hoplón a éste escudo, termino que en orígen hacía referencia a todo el equipo militar, a la panoplia, y que le daba nombre al hoplita.